El Espíritu Santo En Nuestras Vidas

 Martes. Mayo 14, 2024

Lección 16: El Frutó Del Espíritu Santo - Paciencia

 

I.  Pasajes de Fruto - Gálatas 5:22,23

II. PacienciaMakrothumia – Long suffering…

A.      Lectura – Christopher Shaw. De Día y De Noche, p. 355 (2017)

     Pablo provee a los gálatas una descripción del fruto del Espíritu, la forma más segura de saber si caminamos guiados por el Señor o si nuestra vida espiritual está siendo impulsada por nuestros propios esfuerzos humanos.

     La cuarta característica de este fruto es la paciencia. La palaba, en griego, se refiere a ese espíritu de perseverancia que se manifiesta de manera especial en medio de las adversidades y el sufrimiento. Es, ante todas las cosas, una de las cualidades sobresalientes de nuestra Dios, tal como lo proclamo a Moisés: «Soy lento para enojarme y estoy lleno de amor inagotable y fidelidad» (Éxodo 35.6). Demuestra un increíble espíritu de persistencia al buscar, por todos los caminos posibles, la forma de asegúranos la reconciliación. Nuestras muchas infidelidades no logran disuadirlo de su cometido.

     El apóstol Santiago nos anima a que tomemos «como ejemplo de paciencia durante el sufrimiento a los profetas que hablaron en nombre de Señor» (5.1). Puedo dar fe del valor de sus ejemplos, pues acabo de completar un estudio de la vida de Jeremías que duró dos años. A lo largo de las semanas y los meses me hice uno con el profeta, en sus interminables intentos por persuadir al pueble de que prest aran atención a las directivas que les da el Señor. Insistió con esa tarea mayormente porque aquel que lo enviaba se lo exigía, pero el texto no nos ofrece testimonios de personas que hayan respondido correctamente a su mensaje. No obstante, persistió en seguir proclamando la Palabra de Dio a lo largo de 50 años de incesante labor profética.

     Pablo da testimonio de este mismo espíritu, cuando confiesa: «Dios tuvo misericordia de mí, para que Cristo Jesús me usara como principal ejemplo de su gran paciencia con aun los peores pecadores» ( I Timoteo 1.16). Y es por ser beneficiarios de la tremenda paciencia del Señor hacia nosotros que también podemos extenderles esa misma cortesía a aquellos que son parte del cuerpo de Cristo. Entendemos que la conversión no produce una transformación instantánea, sino que inicia un proceso que durara toda la vida. Nuestros hermanos se esforzaran por buscar la forma de vivir guiados por el Espíritu, pero en el camino experimentaran frustrantes revesas. Nosotros nos mostraremos dispuestos a acompañarlos con amor y bondad, porque hemos padecido esas mismas frustraciones en nuestra propia vida.

     La paciencia, como fruto del Espíritu, constituye la más clara evidencia de que hemos comenzado a vivir en el marco de los tiempos de Dios, y no en los nuestros. Hemos comprendido a la verdad que expone Pedro: «en realidad, no es que el Señor sea lento para cumplir su promesa, como algunos piensan. Al contrario, es paciente por amor a ustedes. No quiere que nadie sea destruido; quiere que todos se arrepientan» (2 Pedro 3.9).

 

CITA

«Existen tres requisitos indispensables para ser un misionero: 1 Paciencia. 2. Paciencia. 3. Paciencia» William Hudson Taylor

 

B.      Pasajes

1.       Colosenses 3:12-14 (12)

2.       Romanos 2:1-4 (4)

3.       II Corintios 6:3-10 (6)